martes, 14 de abril de 2009

No es mi culpa...

Que quieras pasar cada noche hasta que el sol salga de detrás del horizonte en mi misma cama. Tirados, desnudos, con una copa en la mano y tus ojos clavados en mi torso tatuado.


Y tu cuerpo me vuelve a llamar. Tus gemidos vuelven a estar en mi cabeza. Y ahora me da igual si te tenías que ir, no te vas a levantar de esta cama hasta que vuelva a presenciarlos una vez mas... 


¿Estás lista? En verdad no me importa, porque vengo a por ti, sea como sea. Esa sonrisa, como te mueves al ritmo de la música... Sigues moviéndote, me enciendes... Rompe el suelo, las paredes... La cama... Sabes que no te cuesta nada seducirme, que basta con que te muevas cerca de mi para que arda en deseos de tocarte, no tengo que decir nada para que sepas que me muero de ganas de abrirte las piernas y encontrarme con tu versión mas salvaje en frente mío... Mi lengua en tu boca, mi mano apartando las sabanas de tu cuerpo, y mi cintura entre tus piernas, que me rodean. De fondo, Omarion solo hace hincapié a lo que llevo haciéndote sentir, mientras mi boca se apodera de tu cuello, y mi mano te coje del pelo para asegurar que no puedas bajar tu cara lo mas mínimo. Me recreo en abundancia con mordiscos y usando mis labios, con tanta pasión que no puedes hacer mas que cerrar los ojos y dejar que tus manos recorran mi cabeza y espalda deseando que no pare nunca, pero a la vez que el placer aumente...


Mis manos, al mismo tiempo de mi lengua, toman ahora posesión de tu pecho y vientre. Te lamo, te masajeo. Tus pezones como punto máximo de estimulación en este momento, y, cada vez que paso la lengua por tu ombligo, noto ya un movimiento en círculos de tu cintura. Tus manos que ahora solo me llegan a tocar la cabeza, y que la empujas hacia abajo. Y te hago caso...


Tras besar tus piernas, y tocar cada centímetro de tu cuerpo con presión, pero sin fuerza en mis manos, la única parte de tu cuerpo de la que no he liberado placer se halla ante mi boca abierta, y mirando la expresión de tu cara, noto como el contacto de nuestros cuerpos te hace estremecerte e intentar arrancar las sabanas de la cama. No puedes dejar de moverte, y por eso mis manos te aguantan la cintura contra el colchón, mientras luchas por ahogar gemidos que hace tiempo que debieron oir 3 pisos arriba y abajo...


Y ya no puedes mas, me rodeas la cara con tus dos manos en una mezcla de cariño e impaciencia, pidiéndome que suba a encontrarme con tus labios una vez mas, mientras esta vez tus piernas ya no me rodean, quedan completamente abiertas, dándome lo que mas deseo en ese momento... Y eres tu, mi deseo, mi pasión, y todo lo que tengo en mi cabeza. Tu cuello se estira, tu boca se abre, y tu cara se deja caer por el borde de la cama, mientras empujo con toda la delicadeza que mis ganas de estar en tu interior me permiten. Pasan los minutos, y hemos pasado por varias posturas. Ahora te tengo tumbada mirando al colchón, y yo encima me baso en giros con mi cintura, mi mano se cuela por debajo de tu pierna y rozando tu estómago, mis dedos estimulan la parte delantera de la zona mas privada de tu cuerpo mientras te muerdo y beso la nuca... Hasta que explotas... Y ya no hay mas gemidos... Queda Alicia Keys cantando una de tantas canciones lentas, y tu vuelves a coger tu copa... 


¿Quién no iba a querer pasar cada noche así?